TRIBUTO AL AÑO MARIANO DE 1953 -1954
SANTUARIO DE LAS VIRTUDES-VILLENA
Con censura eclesiástica
NUESTRA SEÑORA DE LAS VIRTUDES
PATRONA DE LA CIUDAD DE VILLENA
Como un granito de incienso al año Mariano, centenario de la Definición Dogmática de la Inmaculada Concepción, a esta nueva reimpresión de la Tradicional novena a nuestra excelsa y venerada Patrona, quieren dar actualidad estas páginas sencillas, con el fin de que sirvan un poco de tradición e historia a su devoto poseedor.
ELECCIÓN DE NTRA. SRA. DE LAS VIRTUDES (1)
La importancia del monasterio o convento de Santa María de las Virtudes destaca en los mapas de los siglos XVI y XVII como digno de visitarse. El motivo de su construcción es el de haber aquí aparecido, según tradición, en el año 1474, la milagrosa imagen de Nuestra Señora de las Virtudes.
Una gran epidemia había despoblado a la ciudad de Villena ; la mayor parte, huyendo hacia el Oeste por los cabezos de San Bartolomé, llegó, bordeando la hoy desaparecida Laguna, hasta la Fuente del Chopo, manantial de gran importancia que la alimentaba, a unos 7 kilómetros de distancia.
No por eso cesó el contagio, sino que el estrago de aquel azote, que vulgarmente llegó hasta nosotros con el nombre genérico de «peste», hizo impotentes los medios humanos para remediarlo. No obstante, la Providencia de Dios, como Moisés, había guiado allí a su pueblo para libertarlo de aquella plaga. La aflicción purifica al alma y la une con Dios.
(1) Véase Historia de la Imagen de Ntra. Sra. de las Virtudes por D. José Zapater y Ugeda. Valencia 1884.
Imploraron los villenenses, por medio de la oración, un remedio del cielo, y, a este fin, en la Casa Consistorial sortearon un Santo Patrono, qué cada uno libremente eligió, y, examinadas convenientemente las cédulas, se depositaron juntas ante la autoridad eclesiástica y civil. La mano de un niño inocente fue considerada como el ángel de la elección: la cédula entregada decía: «María de las Virtudes». Se rompió aquella cédula imposible, pues por ninguno había sido suscrita, y nuevamente el niño sacó «María de las Virtudes». Refiere la tradición que, extrañadas las autoridades y, como pinta el antiguo cuadro, tentadas por el diablo de ser desconocida esta advocación de la Santísima Virgen, se rompió nuevamente y se sometieron todas las cédulas a una cuidadosa revisión; así, de esta manera quiso el cielo señalar por medio de esta tercera elección que Nuestra Señora de las Virtudes era la Patrona de Villena y su celestial abogada contra la «peste».
"Hoyo" de Las Virtudes, donde se encuentra la Fuente del Chopo, y obelisco que conmemora la milagrosa aparición.
MILAGROSA APARICIÓN
Partieron en seguida unos comisionados con el encargo de encontrar algún lugar en que se diese culto a la Virgen con la advocación de las Virtudes y adquirir una copia para traerla a Villena, pero en las mismas proximidades del Hoyo encontraron a unos peregrinos que llevaban en una caja una imagen de la Virgen de las Virtudes, que deseaban vender para regresar a su país. Sorprendidos los comisionados por este feliz encuentro y, prendida de alegría toda la ciudad de Villena, contemplaron aquella venerable, siempre bendita y pequeña imagen, de 87 centímetros, sosteniendo con ambas manos al Niño, cosa singular, sobre el costado derecho del hecho al que estaba unido, cuyo rostro era moreno, como muchas imágenes de la antigüedad.
Quisieron al mismo 'tiempo preguntar a los dos jóvenes peregrinos cuál era el precio de aquella imagen, y ellos, al punto, desaparecieron, por lo que fueron considerados como ángeles enviados por Dios, por eso se llevan en las andas de la procesión del 8 de septiembre, para entregar esta bendita imagen por Patrona de Villena y especial abogada contra la «peste», cuyo contagio cesó al instante, según dicen los antiguos gozos o alabanzas, extendiéndose su protección en la desaparición de mortales epidemias a otros pueblos, como Elda, Novelda, Almansa y, sobre todo, en la capital de Murcia, a donde se llevó como reliquia una manga del vestido en la primera mitad del siglo XVIII, y en Alicante, en el cólera «morbo» de hace cien años.
EXCELENCIA DE ESTA ADVOCACIÓN
Desde que Jesucristo, por especial testamento, constituyó la Maternidad Universal de la Virgen, en todo tiempo el pueblo cristiano la ha venerado filialmente, defendiendo siempre los singulares privilegios de la Madre de Dios; ha celebrado y la ha invocado en su Natividad, Anunciación, Dolores, ya con título de alguna de sus virtudes y oficios, siendo grande la influencia de las Órdenes Religiosas en extender su devoción bajo distintas advocaciones. Esta de las Virtudes dice muy bien por su síntesis completa y porque, siendo especial abogada contra la «peste», que por múltiples causas proviene, contagia y extermina innumerables cuerpos; así el poder de esta Señora de las Virtudes es, sobre todo, contra las malignas influencias del vicio, peste aún más contagiosa, que desde la charca de los pecados capitales azota a la humanidad.
Jardín y vista parcial del Santuario.
EL SANTUARIO
Después de la primitiva ermita, que debió ser como la de San Bartolomé y otras desaparecidas y de corta duración, empezaron los villenenses a edificar una iglesia digna de su venerada Patrona, anexionándole, para su servicio y culto, un monasterio de gran amplitud, monumento secular que ha llegado hasta nosotros.
Del examen de documentos antiguos se desprende que debió estar construido en el año 1490 o 91. El Emperador Carlos V escribió al Papa y a su embajador en Roma, en 22 de octubre de 1522, desde Valladolid, pidiéndole que no fuera anexionado a ninguna iglesia o monasterio, y dice que puede haber 25 años que lo construyeron: según esto, en 1497. Pero, en providencia real de 27 de julio de 1551, el mismo monarca lo supone construido desde hace 60 años. El edificio, bastante capaz, está en la falda del Cabezo de la Virgen, y cerca de él, en la misma situación, la Fuente del Chopo, extendiéndose entre ambos una pinada. Orientado hacia el Este; delante de la fachada hay hoy un jardín con muchos macizos y alameda de árboles; frente a la puerta, una cruz de piedra de 4 metros, y a su izquierda, un estanque con la típica «Rana» que había en el parterre de Villena; todo el jardín está rodeado de un pequeño muro con verja. Por una escalinata de ocho gradas se llega a la puerta principal que da acceso a un extenso patio, en cuyo centro hay dos cisternas de 4 metros de profundidad, 4 de ancho y 7 de largo cada una. En las paredes de la izquierda dice una inscripción: «Fabricaronse éstas cisternas el año 1692, a disposición del señor D. Die Ruiz, siendo Prior el muy Rvdo. P. Fr. Luis de la Concepción»; otras, dicen: «Pablo Fernández apañó los aljibes.» «Apañó este aljibe Vicente Sánchez, en 10 de enero de 1850.» Alrededor del patio hay un claustro con 22 arcos sostenidos por columnas. La planta superior también tiene claustros con 20 ventanales. Hay un patio-corredor que da a un extenso parador, en el que hay plantados varios pinos e higueras; también hay instaladas dos fuentes de agua potable y 14 celdas o viviendas con el correspondiente alumbrado eléctrico.
A la iglesia se entra por el claustro de la derecha y ocupa los dos ángulos del mismo; es bastante espaciosa. La nave central está separada por seis columnas que sostienen arcos aplanados; las dos primeras con escultura intercalada de cuerda y cadena; actualmente hay siete altares.
Los satánicos desmanes de la revolución del año 1936 ocasionaron el mayor sacrilegio de Villena aquí en el Santuario. Aún se conservan en el Camarín los frescos de diferentes escenas bíblicas típicamente marianas: la capilla vulgarmente de los milagros contiene bastantes exvotos. Los vejámenes sufridos reclaman una penitente reparación.
Claustro del Santuario y cisternas del mismo.
La ciudad siempre se reservó el derecho de patronato y lo defendió en pleitos con D. Arias Ga-llego, Obispo de Cartagena, en 1575, y con la Orden de San Agustín en 1756, dictándose autos definitivos por el Real Consejo de Castilla. Sometidos a este patronato, ocuparon dicho convento los religiosos de la Orden de San Agustín, de la provincia de Andalucía, hasta el 27 de mayo de 1542, y el 30 de diciembre de 1591 los mismos religiosos agustinos de la provincia de Aragón, que aún continuaban en el año 1757. La Desamortización del siglo pasado privó al Santuario de grandes extensiones de tierras (aún se conservan algunas cosas con la antigua denominación), con cuya riqueza se atendía a su esplendor y conservación. Su estado actual, a pesar de los esfuerzos del Ayuntamiento, Junta de la Virgen y diferentes capellanes, reclama atenciones apremiantes.
FIESTAS, EL VOTO Y LA ESCLAVITUD
Durante los días 5 al 9 de septiembre se celebran en Villena solemnes fiestas tradicionales en honor a su Patrona, arrancando recuerdos de la Reconquista con sus moros y cristianos, castillo de embajadas y simulacros de guerrilla. En un marco de extraordinarias iluminaciones, colgaduras y arcos, músicas y detonaciones de arcabuces, afluencia extraordinaria de naturales ausentes, forasteros y amigos que inundan de alegría a la ciudad, se levanta en su centro, la arcedianal de Santiago, el magnífico e ingenioso trono que data del 1752, en el que la venerada imagen de Nuestra Señora de las Virtudes recibe el fervor filial de todos los villenenses que llenan en todo momento la monumental iglesia para comulgar, oír misas y asistir a solemnes Sal-ves. En el año 1923 tuvo lugar la coronación canónica de la imagen, por el Obispo de la Diócesis, Excmo. P. Vicente Alonso y Salgado, predicando el Sr. Obispo, D. Francisco Frutos Valiente. Son dignas de recordarse las fiestas de las Bodas de Plata del año 1948, tan extraordinarias y reparadoras, en las que el Excmo. Sr. Obispo de la Diócesis, D. Miguel de los Santos Díaz y Gómara, repitió el acto con una nueva y valiosa Corona, suscripción del entusiasmo popular.
Existen, además, dos extraordinarias romerías al Santuario en los días tradicionales del Voto y la Esclavitud. En todo tiempo vienen los villenenses, en cumplimiento de sus promesas, como un continuo peregrinar durante el año.
Interior de la Iglesia
La fiesta del Voto arranca del 25 de marzo de 1624, día de la Anunciación, habiendo venido procesionalmente al Santuario, como ya era costumbre, gran concurso de fieles, con el Concejo, Justicia y Regimiento de la ciudad; celebró Misa de Pontifical el Obispo de Cartagena, D. Fray Antonio de Trejo, y después se hizo voto y juramento (cuya acta firmaron 40 eclesiásticos de Villena, dando fe el doctor Juan de Zarachaga Landa, Secretario y Notario Apostólico) a la «Purísima Virgen de las Vírgenes, Santísima Madre de Dios, Emperatriz y Reina del Cielo», postrados ante la sagrada imagen de Nuestra Señora de las Virtudes, «de defender, leer, predicar y enseñar que por los méritos de Jesucristo Nuestro Señor, Hijo Unigénito de Dios y vuestro, desde la eternidad previstos, fuisteis preservada, por singular privilegio, de la mancha del pecado original de que os libró la gracia divina, santificándoos desde el dichoso instante de vuestra Purísima Concepción». Se hizo ley para siempre de no admitir a ningún oficio eclesiástico, beneficio o capellanía al que no hiciera el mismo juramento. Entonces era Arcipreste de Santiago, D. Juan Bautista Ruiz; Rey de España, Felipe IV, y Sumo Pontífice, Urbano VII. Hay unas notas marginales del año 1727, firmadas por el Dr. Mariano Fernández Vila, cura propio de Santiago, y el Dr. Fernando Díaz Ossa, de defender este Misterio, dando mil vidas, si se tuviera. Semejante juramento lo vemos en las Ordenanzas Municipales de Villena, aprobadas por S. M. y el Supremo Consejo de Castilla, en 9 de marzo de 1704. La renovación y conmemoración de este Voto, con obligación de sufragar los gastos, ha llegado hasta nosotros, celebrándose el domingo siguiente al de Pascua de Resurrección.
El valor de aquel acontecimiento, conservado en este documento histórico, dice muy alto sobre la religiosidad y amor a la Virgen que respiraba España y es una gloria de Villena, a 230 años del 1854, en que fue definido este Misterio como dogma de fe.
En el domingo inmediato al 8 de septiembre se celebra otra romería, conocida con el nombre de la Esclavitud Mariana, denominada así desde tiempo inmemorial, existiendo una Cofradía que costeaba los gastos de esta fiesta. El Papa Clemente XII concedió muchas gracias espirituales a dichos esclavos, consistentes en indulgencias plenarias en el día de su inscripción, hora de la muerte y a los mismos que visitasen esta iglesia con las debidas disposiciones desde las primeras vísperas de la festividad del Dulce Nombre de María hasta la puesta del sol; otras, de siete años y siete cuarentenas, y, en fin, varios Prelados de distintas Diócesis concedieron indulgencias a aquellos que delante de dicha imagen dijesen Avemaría Purísima o rezasen un Avemaría o Salve.
CONCLUSIÓN
La Historia de Villena, con su célebre Marquesado, sus títulos de nobleza, su histórico castillo que la señala, se prestigia con los hechos reseñados de fe cristiana y amor a la Santísima Virgen de las Virtudes. Todos los villenenses están obligados a ser virtuosos y dignos hijos de tan excelsa Patrona, manteniéndose unidos a las gloriosas tradiciones de sus antepasados y conservando con especial cuidado esta herencia y relicario de su Morenica.
LAS VIRTUDES, 8 de Diciembre 1953
José Joaquín Martínez
Capellán del Santuario
Retablo de Ntra. Sra. de las Virtudes
NOVENA A LA EMPERATRIZ DE LOS CIELOS
MARÍA SANTISIMA DE LAS VIRTUDES
En cuyo glorioso título
es soberana patrona de
la muy noble, muy leal
y fidelísima ciudad de Villena
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