Son pequeños detalles de máxima importancia de momentos que se viven cerca de la Virgen. Hacemos referencia a la colocación del cinturón a nuestra Patrona el día que parte la romería (último domingo de agosto). Esta semana, la familia que hace este bonito gesto, tuvo un encuentro con la presidenta Dori Flor y otros miembros de la Junta de la Virgen para conocerse personalmente e intercambiar opiniones. Dicho encuentro llevado a cabo en el Santuario fue muy amable.
El domingo último de agosto, en la Romería de la Virgen de las Virtudes, se repetirá una tradición que comenzó antes de la Guerra Civil española. Una familia de Valencia se trasladará a Villena con el único fin de colocar a la "Morenica" el cinturón que recoge su manto para impedir que pueda ser deteriorado por el viento u otras inclemencias meteorológicas.
En un artículo la familia citada, hacía referencia a la historia, "se inicia cuando, en la década de los años treinta del siglo pasado, José Leal Lázaro es nombrado cura del Santuario. Sus padres, Ginés Leal y Rita Lázaro, vivieron los últimos años de su vida en el mismo santuario, y fue Rita Lázaro quién tuvo la idea de ceñir con una cinta el manto de la "Morenica", para el traslado hasta Villena. Esa cinta inicial se transformó en un cinturón bordado en oro, sobre terciopelo, confeccionado por Rita y una prima suya, Virtudes, que era una conocida bordadora. Al morir Rita, la tradición pasó a su hija Dolores, desplazándose todos los años desde Valencia con su esposo e hijos.
En el año 1934, al estar muy enfermo su padre, Dolores se trasladó al santuario de las Virtudes con su familia. Allí tuvieron que vivir los días más difíciles de su vida al estallar la Guerra Civil. Una mañana se presentó en el santuario una compañía de milicianos con la intención de incendiarlo.
Dolores y otras personas del lugar se enfrentaron a los milicianos transmitiéndoles que tendrían que quemar el santuario con ellos dentro. Al final, únicamente se quemaron en la explanada bancos y otros efectos, respetando el complejo en el que vivían varias familias, en las antiguas celdas. La siguiente tarea de Dolores consistió en esconder la imagen de la Virgen de las Virtudes, logrando en ese primer momento que no fuera quemada.
Días después, cuatro milicianas y dos hombres se presentaron de nuevo en el santuario en un coche Ford 12CV, exigiendo a Dolores que les entregara la imagen de la Virgen, "porque era del pueblo y querían conservarla en Villena".
Adivinando las verdaderas intenciones de aquel grupo, Dolores negó tener la Virgen, manifestando que había sido quemada. La respuesta fue rotunda. "Sabemos que la tienes escondida y, nos la entregas, o pegamos fuego a todo el convento". Finalmente, realizaron un registro, encontrando la imagen. Según contó Dolores, "minutos después, entre llantos y lamentos, vimos como a la altura del puente de la Acequia del Rey, salía humo y llamas, por lo que, temiendo lo peor, nos dirigimos al lugar corriendo, encontrando al llegar, únicamente, pequeños restos de la Imagen, ceniza y varias latas de gasolina vacías".
Mediante algunas estampas, y con la ayuda de una de gran tamaño en color que Eugenio y Dolores conservaban de la Virgen de las Virtudes, al finalizar la Guerra Civil, Antonio Navarro Santafé, conocido escultor, realizó una nueva talla, la que conocemos en la actualidad.
Dolores marchó a vivir a Valencia, pero todos los días cinco de septiembre se trasladaba a Villena con el cinturón para colocarlo a la "Morenica" al inicio de la Romería, así como el día nueve para recogerlo una vez vuelve la imagen a su santuario. A la muerte de Dolores, continuó con la tradición su hijo Eugenio y en la actualidad, son los hijos de Eugenio, María Dolores, Eugenio José, Miguel Ángel y María José, quienes sienten la devoción y la tradición que vivieron siempre en su hogar. De igual manera, varias ramas de la familia Leal, han manifestado siempre su disposición de continuar con esa tradición iniciada antes de la Guerra Civil.
Esta tarde, minutos después de las seis, una vez iniciada la Romería, y en la cruz blanca situada a unos 300 metros del santuario, estará esperando esta familia valenciana para llevar a cabo la colocación del cinturón, tradición desconocida por muchos villenenses pese a que cada año es presenciada por miles".
Fotos. Alfonso Soler
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