EL TRONO DE LA VIRGEN (DÍA 4 1992)

MAS SOBRE EL TRONO
Me pide un amigo “moro” que también este año preste mi colabora­ción a la revista “DIA CUATRO QUE FUERA”. Considero que escribir co­sas de fiestas no siendo festero activo y sin pertenecer, además, a ninguna comparsa, es arriesgado y puede re­presentar “una aventura”. Pero voy a procurar hacerlo sobre algo que, re­señado por Pedro Hernández Hurta­do, ya fue publicado en otro boletín de esta revista hace unos años. Se trata del Trono de la Virgen. Yo voy a apor­tar más detalles, curiosidades y anécdo­tas relacionadas con él, para que pue­dan añadirse a la historia del mismo. Una de las personas que el año 1947 componían la Comisión que fue desig­nada para organizar los actos de las Bo­das de Plata de la Coronación de la Vir­gen, era Vicente Valdés Archent, falle­cido hace unos meses, concretamente el 14 de noviembre de 1991. Este en­cargó a su suegro, profesional del ra­mo de la madera, la compra de la que pudiera precisarse para la construcción del trono, quien la adquirió en el al­macén de J. Baeza, en Alicante. Todos los miembros de la Junta, por unanimidad, eligieron para hacer­lo a Francisco Lorente Valera, más co­nocido por “Paco Carretas”, ya que esta persona era conocedora de las particu­laridades del existente antes de la gue­rra civil, pues su padre y él ya colabo­raban en el montaje y manejo de aquél.
Vivía Paco en una casa de porche grande en la calle llamada entonces “18 de Julio” (antiguamente y ahora calle de la Cruz) y allí, ayudado a ratos por otro trabajador del mismo ramo, Lu­ciano Arráez, fue midiendo, cortando y montando maderas hasta conseguir, tras varios meses de trabajo, la obra que con tanto interés le había encomendado la Junta de la Virgen. Ter­minado el Trono y para comprobar si es que pudiera existir algún fallo o de­fecto, y a la vez calcular el tiempo que podría precisarse para su colocación, fue montado en el patio interior de la bodega de D. Joaquín Pérez-Marsá Maestre, a la sazón presidente de la mencionada Junta. Colaborando en el montaje estuvieron varios miembros de la misma y de la Comisión Orga­nizadora, congratulándose todos ellos de que este deseo de tantos y tantos villenenses hubiera podido realizarse. Aunque el artífice de la obra era “Pa­co Carretas”, hay que hacer constar que las molduras y tallas las confec­cionó un artesano de Valencia llama­do José Casanova Peris. El mecanismo para la elevación y bajada de escalones, así como el co­rrer de las velas, era entonces accio­nado a mano, hasta el año 1987 en el que se colocó un motor eléctrico. Aquel trabajo lo realizaban Francisco Lorente, Luciano Arráez y un primo de Lorente al que se le conocía por el apodo de “Rojico Carretas”. Transcu­rridos varios años se hicieron cargo del montaje, desmontaje y accionamien­to del trono los hermanos José y Vi­cente Galbis Milán, carpinteros pro­fesionales. Más tarde, y todavía en la actualidad, son los hijos de este últi­mo los encargados de tales opera­ciones.He escrito al principio que iba a re­ferirme a algunas anécdotas relaciona­das con este monumento de madera y tela en el que queda instalada nuestra Patrona durante los días que está en la ciudad. Y es que en algunas de las piezas que forman el Trono hay notas escritas a lápiz que son las que me han sugerido la idea para redactar este ar­tículo. Por ejemplo: en la mesa del al­tar y en su parte posterior, se puede leer: “Francisco Lorente. El trono se hizo el año de las Bodas de Plata, que fue el año 1948, siendo presidente Joa­quín Pérez”. (Se omite el segundo ape­llido de éste y el de quien en su mayor parte lo hizo). En una madera lateral de las que sostienen el radiante también se indi­ca: “El actual dosel se colocó el año 1950, siendo presidente D. Alfonso Arenas”. La madre de éste, Dª Isabel García, era entonces, en 1950, presi­denta de la Comisión de Damas de la Junta. La tela para el mencionado do­sel frontal (de raso blanco), así como la de damasco rojo que se cuelgan co­mo cortinajes en los laterales del al­tar en los días que la Virgen está en la Parroquia de Santiago, se compra­ron en Valencia. La confección de am­bas cosas le fue encomendada a las religiosas del Colegio de San Vicente de Paúl (Paúlas) de aquí de Villena, siendo Superiora del mismo una de ellas, muy querida por todas las alum­nas y pueblo en general que se llama­ba Sor Benigna Beneito. Por ésta, para dirigir los trabajos, fueron designadas dos personas: Sor María, que todavía se encuentra en este colegio y una vi­llenera de pura cepa que desde el año 1954 es religiosa Trinitaria: Vicenta Ramírez Cantó. Las cortinas y el dosel frontal se hicieron por suscripción voluntaria y se recaudaron 19.205'95 pesetas “de aquellas”, como dice Pedro Hernán­dez; en su confección se gastaron 18.971'05, quedando un superávit de 234'90. Así se hace constar en una ho­ja que fue repartida al terminar las fies­tas de aquel año 1950, en la que se detallan los nombres y las cantidades entregadas por los donantes, así como los gastos habidos, entre los que figu­ran: “Por flecos y colgaduras, a J. Es­quembre, 700 pesetas”, y otro apar­tado de “Por flecos y borlas, 570 pe­setas”. Al final de la hoja, en su parte izquierda, se hace constar: “Las seño­ras y señoritas Damas de la Virgen, han costeado las molduras o galerías del dosel por un importe superior a las 1.300 pesetas”. El año 1986, a los 38 desde que se hiciera el Trono, fue necesario pintar nuevamente éste, así como reparar el radiante que figura delante del dosel por estar muy deteriorados, ascendien­do su importe total a 990.897 pesetas. El restaurador de ambas cosas fue D. Bartolomé Carabal. Son datos, quizá alguno de ellos de escasa importancia, que pueden ser­vir para aumentar la historia y perpe­tuar lo que va acaeciendo en nuestra ciudad en el transcurso de los años.  
FRANCISCO NAVARRO POVEDA DIA 4 QUE FUERA 1992

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